La vejiga hiperactiva es un problema que da como resultado incontinencia urinaria,  es silencioso,  pues  nadie quiere hablar de él y de acuerdo a estudios internacionales, afecta a alrededor de un 20% de la población. 

Se tiende a pensar que esta afección es propia del proceso de envejecimiento de la persona, sin embargo, además de los ancianos, la pueden padecer jóvenes, niños y pacientes con otras enfermedades (Parkinson, diabetes, esclerosis múltiple o personas que sufrieron una lesión en su espalda producto de un accidente). Esta enfermedad trae gran impacto en la calidad de vida de los pacientes y sus familiares.  

El tratamiento consiste: de inicio con medicamentos que contienen anticolinérgicos que disminuyen la hiperactividad neurogénica del músculo detrusor de la vejiga.  Sin embargo, cuando existe resistencia a este tratamiento, es decir, si el paciente no tiene una adecuada respuesta, se sugiere iniciar con la infiltración de botox en la vejiga (este procedimiento se hacer a través de visión directa con la cistoscopia), cuyo efecto dura aproximadamente entre 6 y 12 meses, aún cuando es difícil predecirlo para cada paciente en particular.