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La angina es el síntoma resultante de la isquemia miocárdica. El corazón es un músculo con una alta demanda metabólica. Esto quiere decir que para que el corazón trabaje adecuadamente debe recibir una importante cantidad de sangre. Aunque al bombear sangre al cuerpo, el corazón esta en estrecho contacto con la sangre que baña el interior de sus cámaras, las arterias coronarias son las responsables de llevar sangre hasta el músculo cardiaco. Si por cualquier situación se forma una obstrucción en alguna parte de una arteria coronaria, el músculo miocárdico que se encuentre por delante de la obstrucción, no recibirá sangre de manera adecuada, sufriendo por no contar con una adecuada nutrición y riego sanguíneo y genera los síntomas de la angina de pecho.
El grado de estrechamiento coronario puede variar, desde un bloqueo parcial en un vaso, hasta su total obstrucción.
La angina es frecuente, pero sólo raras veces se presenta antes de los 30 años en hombres y más tarde en las mujeres. Unos 3 millones de personas en Estados Unidos tienen angina y 300,000 casos nuevos se desarrollan cada año.
El problema principal en la angina estable es una obstrucción fija al flujo de sangre a través de una o más arterias coronarias, causadas por una placa aterosclerosa; además de colesterol, acumulación en la pared de la arteria de células de músculo liso, calcio, colágeno y coágulos de sangre. Esto estrecha el diámetro de la arteria coronaria en forma tal que sólo puede llegar al músculo cardíaco una cantidad limitada de sangre con oxígeno y nutrientes.
El flujo de sangre puede ser adecuado para el corazón cuando está en reposo, pero cuando usted realiza ejercicio, la obstrucción no permite que el flujo de sangre aumente al incrementarse las demandas del corazón. Cuando las demandas de oxígeno por el corazón al realizarse esfuerzos físicos que demanden aumento de la frecuencia cardíaca son mayores que la capacidad de riego sanguíneo, al haber una obstrucción que no permita un riego adecuado, el resultado es isquemia miocárdica, la cual se traduce como angina. El tratamiento con medicamentos que dilaten la arteria coronaria, para lograr compensar la obstrucción parcial suele ser suficiente en estos casos.
El dolor en el pecho es probablemente el síntoma más frecuentemente asociado a enfermedad cardíaca. Los cardiólogos pasan una gran parte de su tiempo analizando el dolor del pecho. Irónicamente, la sensación asociada con la mayoría de tipos de enfermedad cardíaca raras veces se describe como dolor. De hecho, algunos pacientes dicen que no tienen dolor, sino una molestia difícil de describir. El dolor en el pecho generalmente se clasifica en tres categorías: dolor debido a angina, dolor por otras causas cardíacas como inflamación del pericardio o el dolor agudo de la disección de una arteria, y el dolor en el pecho por problemas no cardíacos, como trastornos de la pared del pecho, articulaciones, nervios o vesícula biliar.
La angina de pecho es uno de los síntomas más frecuentes de enfermedad cardíaca. La angina, como todos los demás síntomas, no es un diagnóstico. En la mayoría de los casos se asocia con cualquier trastorno en el que el músculo cardíaco no recibe un aporte adecuado de sangre y oxígeno.
La angina causa dolor, pero no todo dolor en el pecho se debe al corazón. El carácter del dolor puede incluir una sensación quemante, una molestia, un dolor sordo una sensación de llenura. Ocasionalmente el dolor es agudo, aunque no es habitual. La angina de pecho es a menuda una opresión constrictora o tirante en el pecho. Con frecuencia, los síntomas se asocian con sensaciones diferentes al dolor, por ejemplo falta de aire, náusea, sudoración, mareo o sensación de muerte inminente. La gente presenta angina de pecho en diferentes formas, pero en un individuo el patrón de presentación es consistente.
La angina se provoca típicamente con el estrés, ya sea físico o mental. El estrés puede deberse a ansiedad, temor o alguna emoción fuerte. El estrés físico puede producirse caminando, subiendo escaleras, corriendo o con otras actividades que demanden esfuerzo físico. El estrés requiere más trabajo del corazón y una mayor necesidad de oxígeno para el músculo cardíaco. Si no se satisface esta necesidad, sobreviene la angina.
La angina se provoca más fácilmente con actividades físicas en climas fríos o después de una comida, o últimamente se han asociado a pacientes que ha pasado mucho tiempo en el tráfico. Estas condiciones derivan sangre a otros órganos ajenos al corazón, por lo que al no recibir suficiente aporte de sangre un corazón que de por si, tiene vasos coronarios parcialmente ocluidos, que son los que nutren al músculo cardíaco, dicha víscera sufrirá por falta de riego sanguíneo adecuado.
Los vasos sanguíneos coronarios, como todos los vasos sanguíneos, pueden dilatarse o contraerse como un rasgo normal de regulación dependiendo de las necesidades de oxigenación y alimentación en una determinada región del cuerpo. Cuando el sistema nervioso envía señales a una arteria para contraerse y esta arteria está gravemente obstruida por una placa de aterosclerosis (colesterol), el flujo de sangre que ya es inadecuado, de por si por la obstrucción, puede disminuir gravemente el flujo de sangre por dicho vaso.
Aunque existe una importante contribución de la carga genética para padecer esta condición, en general, este padecimiento se puede prevenir si sigue estas recomendaciones:
El diagnóstico inicialmente es clínico y se confirma al complementar el interrogatorio y la exploración física con exámenes de laboratorio y gabineteEstudios de
Laboratorio:
Estudios de gabinete:
El tratamiento de la angina inestable dependerá del grado de obstrucción de la arteria o arterias ocluidas. Estos tratamientos, al igual que en la angina estable, pueden incluir fármacos que ayuden a dilatar la arteria ocluida para aliviar la obstrucción hasta tratamientos más agresivos en donde se administran fármacos que tratan de destruir la placa que esta tapando la arteria. Cuando la obstrucción de la arteria no responde al tratamiento médico se deben tomar medidas más agresivas para liberar la obstrucción.
Esto puede ser desde introducir un catéter por los vasos de la ingle o brazo y avanzarlo hasta las arterias coronarias para localizar el sitio preciso de la obstrucción y mecánicamente liberarlo, ferulizando la arteria obstruida con un pequeño cilindro para librarla de la placa que origina la obstrucción.
Por último, cuando hay una enfermedad muy extensa (más de 3 grandes arterias coronarias tapadas) se considera la cirugía de bypass coronaria, en la cual se toma un fragmento de vena u otra arteria para fabricar un puente que libre la obstrucción y reestablezca el flujo en la parte distal de la arteria o las arterias tapadas.
Debido a que la angina inestable es una condición médica que confiere un elevado riesgo para presentar un infarto cardiaco, el paciente debe reconocer estos síntomas para que en caso de que los presente pueda acudir a un especialista para su óptimo tratamiento.
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