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Es cualquier circunstancia o acción que favorece la presencia de placa ateromatosa especialmente a nivel de arterias coronarias o carotídeas que a su vez propician el infarto al miocardio o la enfermedad vascular cerebral.
La enfermedad arterial coronaria es una de las principales causas de muerte. Hasta un 50% de los pacientes no presentan síntomas hasta que sobreviene el infarto, por ello es importante conocer los factores que pueden incrementar el riesgo de presentar la enfermedad. La enfermedad vascular cerebral es más frecuente en la mujer después de la menopausia pero no es infrecuente en el hombre después de los 60 años.
Existen factores que son controlables o modificables y otros que no lo son.
Dentro de los que no se pueden modificar están:
Dentro de los Factores de Riesgo que se pueden modificar o controlar están:
Género. Se ha visto estadísticamente que el varón se encuentra menos protegido que la mujer contra la enfermedad vascular; en la mujer el factor de protección es el estrógeno mismo que se pierde en la menopausia por lo que en la mujer en esa edad se incrementa el riesgo igualándose e incluso superando el riesgo del varón.
Edad. Estudios de ultrasonido intravascular demuestran que existe enfermedad vascular tan tempranamente como los 8-12 años y que esta va progresando conforme avanza la edad pasando de una placa de ateroma incluida en la pared de la arteria a una lesión que crece hacia la luz arterial y obstruye paulatinamente su luz, de tal forma que después de los 40 años en general, sobre todo ante otros factores de riesgo la placa de ateroma es ya muy importante. El 80% de los infartos ocurren en personas mayores de 65 años, sin embargo se conoce como factor de riesgo coronario ser hombre de ≥ de 45 años o mujer de ≥ 55 años. La Enfermedad Coronaria es más frecuente en hombres, sin embargo la incidencia en las mujeres ha ido en aumento debido a los cambios en el estilo de vida, también aumenta la frecuencia con la menopausia, la Diabetes Mellitus, así como los niveles altos de triglicéridos, colesterol-LDL y disminución de colesterol-HDL.
Herencia. Si existe herencia positiva a enfermedad vascular la progresión de la placa se espera más tempranamente por defecto del mismo tejido del vaso sanguíneo.
Menopausia. Como se menciona arriba, las condiciones de la mujer una vez que deja de tener función ovárica y entra en la menopausia se modifican sustancialmente a diferentes niveles. Se eleva la presión arterial, se altera el patrón de lípidos en sangre, se incrementa la aterosclerosis, por la pérdida hormonal se favorece el sedentarismo (cansancio), se incrementa el riesgo de intolerancia a carbohidratos y desarrollo de Diabetes mellitus, aún cuando no hay una relación clara parece haber incremento del peso corporal, del índice de masa corporal y de la relación cintura/ cadera incrementando en conjunto el riesgo cardiovascular.
Tabaquismo. El tabaquismo incrementa la inflamación del endotelio (capa interna del vaso), favorece la dislipidemia (elevación del colesterol) y favorece el endurecimiento del vaso, además del daño pulmonar y riesgo de cáncer. El fumador pasivo aumenta el riesgo de EC en un 30%. La manera en que favorece la presencia de EC es debido a que aumenta la activación de plaquetas, aumenta el fibrinógeno (ambos son componentes para la formación de coágulos), eleva la tensión arterial y rompe la placa ateroesclerótica. Existe una reducción del 50% de riesgo de EC al dejar de fumar en los primeros 2-4 años, pero el aumento del riesgo cardiovascular persiste durante 10 años después de dejar de fumar, esto debido a que se tarda hasta 20 años en recuperar su función cardiaca y pulmonar normal.
Sedentarismo. La falta de ejercicio útil favorece el sobrepeso y la obesidad, incrementando la posibilidad de diabetes, hipertensión y daño vascular. El ejercicio aeróbico mejora la tolerancia al ejercicio, aumenta la fibrinolisis, la oxigenación del corazón y el diámetro de las arterias coronarias: La mortalidad por EC disminuye en un 50% posterior al inicio del ejercicio.
Dislipidemia. Se ha visto que los niveles elevados de lípidos aumentan el riesgo de aterosclerosis.
Los valores normales son:
Sobrepeso y Obesidad. A mayor peso, índice de masa corporal y relación cintura/ cadera mayor se ha identificado el riesgo cardiovascular en grandes estudios de población.
Diabetes Mellitus. La Diabetes es un síndrome, es decir, está constituida por múltiples manifestaciones simultáneas, es una enfermedad multifactorial o sea que en ella intervienen muchos factores tanto para su desarrollo como para su control y descontrol. Lo más importante es que hasta un 60-70% de los pacientes diabéticos tendrán Enfermedad Vascular Coronaria e Infarto.
Hipertensión Arterial. Recientemente, al igual que sucede en las enfermedades endócrinas, se han estrechado los límites normales en las cifras exigidas de la presión arterial para considerar a un paciente sin riesgo o con riesgo vascular menor. Las cifras aceptadas en la actualidad de acuerdo a la 7ª Reunión Internacional de Cardiología son:
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