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Saber sobre una Enfermedad:

Enfermedad vascular cerebral

Enfermedad cerebrovascular

Este tipo de enfermedad tiene que ver con la forma en la que la sangre es irrigada en el cerebro. Existen dos tipos: la enfermedad cerebrovascular isquémica y la enfermedad cerebrovascular hemorrágica.

Enfermedad cerebrovascular isquémica

Aproximadamente 85% de las enfermedades cerebrovasculares son isquémicas y ocurren cuando las arterias que llevan sangre al cerebro se hacen angostas o se bloquean, causando una disminución severa o interrupción del flujo sanguíneo, conocida como isquemia. Las causas más comunes incluyen:

  • Eventos trombóticos: un infarto trombótico ocurre cuando un coágulo (también llamado trombo) se forma en alguna de las arterias que llevan sangre al cerebro. El coágulo puede estar formado por depósitos de grasa en las arterias o por otras alteraciones que impiden o limitan seriamente el paso de la sangre.
  • Eventos embólicos: un infarto embólico ocurre cuando un coágulo u otros desechos se forman lejos del cerebro –más comúnmente en el corazón– y viajan a través del flujo sanguíneo para alojarse en las arterias cerebrales más delgadas, tapándolas. Este tipo de coágulos se denomina émbolo.

Enfermedad cerebrovascular isquémica transitoria (mini infarto o micro infarto cerebral)

El ataque isquémico transitorio (AIT) también conocido como mini infarto cerebral o micro infarto cerebral es causado por una disminución temporal (menor a 5 minutos) del flujo de sangre a alguna área del cerebro. Estos ataques no dejan ninguna alteración permanente en el cerebro ya que el bloqueo es temporal.

Sin embargo, es necesario buscar ayuda médica incluso cuando los síntomas parezcan desaparecer, porque un ataque isquémico transitorio revela que la persona que lo sufre tiene un riesgo mucho mayor de padecer un infarto cerebral completo, con daño cerebral irreversible y permanente. Si has tenido un ataque transitorio, es muy probable que exista una arteria más angosta o bloqueada parcialmente, o que el corazón esté enviando pequeños émbolos hacia el cerebro.

Además, más de la mitad de las personas cuyos síntomas parecen desaparecer, están de hecho sufriendo un infarto con daño cerebral. Por eso, en caso de duda, lo mejor es acudir a Urgencias con rapidez.

Enfermedad cerebrovascular hemorrágica

Los infartos hemorrágicos ocurren cuando un vaso sanguíneo en el cerebro presenta “fugas” o se rompe y sangra. Los tipos de infartos hemorrágicos incluyen:

  • Hemorragia intracerebral: los vasos sanguíneos en el cerebro se rompen y derraman sangre sobre el tejido cerebral que está alrededor, causando daño en las neuronas de esa área y en aquellas que están más allá de la zona de sangrado, ya que les deja de llegar sangre y por lo tanto sufren daño también. La hipertensión arterial descontrolada, golpes, malformaciones vasculares y el uso de anticoagulantes pueden ser, entre otras, la causa de estos sangrados.
  • Hemorragia subaracnoidea: una arteria en la superficie o cerca de la superficie del cerebro sangra y derrama la sangre en el espacio que existe entre la superficie del cerebro y el cráneo. Es común que el sangrado se presente con un súbito e intenso dolor de cabeza. Esta hemorragia generalmente es causada por la ruptura de imperfecciones de las arterias conocidas como aneurismas. Después de la hemorragia los vasos sanguíneos en el cerebro pueden ensancharse y angostarse de forma errática (efecto conocido como vasoespasmo) lo que puede causar mayor daño cerebral al limitar aún más el flujo sanguíneo hacia otras zonas.

Síntomas de un infarto cerebral

¿Cómo saber si alguien está sufriendo una enfermedad cerebrovascular?

Al sufrir un infarto cerebral, pueden presentarse uno o más síntomas. A continuación te presentamos algunos que puedes identificar fácilmente:

  • Problemas para hablar o para entender.
    Pídele a la persona que repita una frase simple y observa: ¿su lenguaje es arrastrado o extraño, su comunicación es confusa, tiene dificultad para comprender lo que le dices?
  • Parálisis o adormecimiento de la cara, brazos o piernas.
    Pídele a la persona que intente levantar los brazos: ¿alguno de los brazos no se levanta completo o se cae? Pídele que intente sonreír: ¿algún lado de la cara se cae? Pregúntale si siente adormecimiento o parálisis en la cara, o en alguna de las piernas o brazos. Esto sucede generalmente de un solo lado del cuerpo.
  • Problemas para ver en uno o en ambos ojos.
    La persona puede tener visión “borrosa”, oscurecida o doble, de manera repentina.
  • Dolor de cabeza.
    La persona puede sentir un dolor de cabeza súbito e intenso, que puede estar acompañado de vómito, mareo, o alteración de la conciencia.
  • Alteraciones para caminar.
    La persona tropieza, se siente mareada, con pérdida de equilibro o de coordinación al caminar.

Es importante registrar con la mayor precisión posible cuándo empiezan estos síntomas, ya que de su duración pueden depender las opciones de tratamiento.

Si uno o más de estos síntomas se presentan, lleva a la persona a la sala de urgencias hospitalarias más cercana DE INMEDIATO, puesto que el TIEMPO es el factor que determinará en mayor medida el daño cerebral que pueda sufrir a largo plazo. La mayoría de las personas que sufren una enfermedad cerebrovascular no llega con rapidez al hospital, lo que incrementa seriamente los daños que causa e incluso pone en riesgo la vida.

Recuerda: en caso de duda, más vale acudir a Urgencias.

Factores de riesgo

Los factores que indican el riesgo de sufrir una enfermedad cerebrovascular se dividen en dos: los que el paciente no puede modificar y los que puede modificar.

Los que no pueden modificarse son:

  • Historia familiar de enfermedades cerebrovasculares, aun cuando sean transitorias (mini infartos) o infartos cardiacos.
  • Tener 55 años de edad o más.
  • Género: los hombres tienen mayor riesgo de infartos cerebrales, las mujeres tienden a tener infartos en edades mayores. Algunas mujeres pueden tener mayor riesgo por el uso de anticonceptivos orales o terapias hormonales que incluyen estrógeno, así como durante el embarazo y el puerperio.

Los que se pueden modificar o controlar son los siguientes:

De estilo de vida

  • Sobrepeso u obesidad.
  • Falta de actividad física.
  • Alcoholismo.
  • Tabaquismo: fumar o exponerse a ambientes con fumadores.
  • Uso de drogas ilícitas como cocaína y metanfetaminas.

Condiciones médicas

  • Hipertensión arterial.
  • Colesterol elevado.
  • Diabetes.
  • Apnea del sueño obstructiva.
  • Enfermedades cardiovasculares como falla cardiaca, defectos cardiacos, infecciones cardiacas, arritmias.

Estos factores de riesgo pueden controlarse con cambios en el estilo de vida, o con medicamentos y tratamientos. Consulta a tu médico para que te indique lo que corresponda a tu caso para disminuir el riesgo.

Prevención

La mejor manera de prevenir una enfermedad cerebrovascular es:

  • Conocer los factores de riesgo.
  • Hacerte chequeos regulares de salud.
  • Controlar la presión arterial. Uno de los elementos más importantes para reducir el riesgo de otro evento es mantener la presión arterial bajo control.
  • Tomar los medicamentos recetados por tu médico para controlar la presión arterial elevada.
  • Limitar la cantidad de sal que consumes.
  • Disminuir la cantidad de colesterol y grasas saturadas en tu dieta, especialmente grasas saturadas y grasas trans. Si el médico lo recomienda, tomar medicamentos para disminuir el colesterol.
  • Dejar de fumar.
  • Mantener un peso sano. El sobrepeso contribuye a otros factores incluyendo la presión arterial, enfermedades cardiovasculares y diabetes. Disminuir 5 kilos puede repercutir en una baja de la presión arterial y de los niveles de colesterol.
  • Ingerir frutas y vegetales. Una dieta que incluya 5 o más porciones de frutas o vegetales puede reducir el riesgo de enfermedades cerebrovasculares.
  • Controlar la diabetes mediante dieta, ejercicio, peso adecuado y, si el médico así lo determina, el uso de medicamentos.
  • Realizar ejercicio regular. El ejercicio cardiovascular puede reducir el riesgo de enfermedades cerebrovasculares de muchas formas, ya que disminuye la presión arterial, incrementa el nivel de colesterol de alta densidad (o colesterol bueno) y mejora la salud en general de las arterias y el corazón. También puede ayudarte a perder peso, controlar la diabetes y reducir el estrés. El ejercicio debe ser de intensidad gradual, por un mínimo de 30 minutos todos los días de la semana o la mayoría de ellos.
  • El consumo excesivo de alcohol puede incrementar el riesgo de presión arterial alta. Sin embargo, una copa al día de bebidas como el vino, puede ser un factor protector.
  • Tratar la apnea obstructiva del sueño, en caso de que la padezcas.
  • No usar drogas ilícitas como la cocaína o las metanfetaminas.