Es uno de los movimientos anormales que denota anormalidad de las neuronas motoras. Los músculos reaccionan muy rápida y bruscamente a los estímulos aún leves. Es frecuente después de un evento vascular cerebral, lesión de la médula espinal, parálisis cerebral perinatal, y esclerosis múltiple.

La terapia física es esencial para su manejo e impedir incapacidad física mayor debida a contractura de músculos y articulaciones.

Pueden usarse algunas drogas como el Dantrolene aunque puede ocasionar algunas alteraciones secundarias como diarrea, náusea, debilidad, disfunción hepática, mareo y alucinaciones.

Existen otras drogas como el lioresal, diazepam y tizanidina que disminuyen la contractura muscular y liberan la articulación, o como la toxina botulínica que causa liberación del espasmo.

Pueden bloquearse algunas raíces nerviosas con fenol. En algunos pacientes se utilizan métodos más agresivos como la inyección de fenol en regiones afectadas, bombas de infusión continua de

Lioresal o algunos procedimientos quirúrgicos de liberación del espasmo o bien rizotomías (sección de raíces nerviosas).

Una de las complicaciones temidas de la espasticidad es la formación de úlceras de decúbito.