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Es un fenómeno acústico producido por el paso de la sangre a través de un vaso arterial de menor calibre con respecto al volumen/minuto de sangre que hace perder el flujo laminar (silencioso) que cambia por un flujo turbulento (audible). Es el mismo efecto que haría el paso del aire a través de un silbato.
Los soplos pueden escucharse a cualquier edad, sin embargo son más frecuentes e "inocentes" en los niños, de hecho, cerca del 80% de los recién nacidos y 60% de los niños escolares presentan soplos cardiacos no patológicos, es decir normales, de ahí la importancia de estudiar y valorar adecuadamente a estos pacientes y evitarles tratamientos inadecuados. En los adultos la aparición de un soplo debe alertar al médico acerca de algún problema de los vasos o del corazón. Siempre han sido y serán los soplos cardiacos motivo de consulta frecuente con el cardiólogo.
Hay dos tipos de soplos: los orgánicos o patológicos y los inorgánicos o no patológicos.
El criterio para decir que un soplo es no patológico o soplo inocente, es la ausencia de manifestaciones clínicas, radiológicas, electrocardiográficas y ultrasonograficas de cardiopatía.
Dentro de las causas no patológicas pueden mencionarse los secundarios a hipertiroidismo, anemia, embarazo, etc en los cuales no existe ninguna cardiopatía estructural y que desaparecen en cuanto la causa se elimina.
Dentro de los soplos patológicos la causa más frecuente es la estenosis (estrechamiento) o insuficiencia (incompetencia para cerrar) de las válvulas cardiacas, las comunicaciones entre las cavidades del corazón, algunas comunicaciones anormales entre los vasos sanguíneos, en este grupo deben resaltarse los problemas congénitos (al nacimiento) que se deben a malformaciones valvulares, y los causados por daño a las válvulas cardíacas en pacientes que durante la infancia presentaron cuadros repetitivos de faringoamigdalitis que pueden provocar fiebre reumática.
En la edad adulta, los procesos crónico degenerativos como la hipertensión arterial sistémica, el desgaste de las válvulas del corazón, las infecciones del corazón (endocarditis) y las enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y artritis reumatoide pueden ocasionar estas alteraciones.
Los soplos funcionales o benignos generalmente no dan síntomas clínicos, incluso pueden ser detectados durante una revisión de rutina o de un examen para admisión a la escuela.
Los soplos orgánicos no presentan sintomatología por sí mismos, de hecho el paciente no los percibe, en cambio el paciente presenta síntomas originados por la cardiopatía que presenta y que puede ser severa, moderada, leve o ninguna e incluye, debilidad general, tos seca y persistente, falta de aire e hinchazón progresiva de las piernas.
Siendo el soplo un fenómeno acústico, el diagnóstico es básicamente clínico por el oído entrenado del cardiólogo. Una vez escuchado un soplo, identificado el sitio donde es audible y sus diferentes características, el médico hace una historia clínica completa para determinar si existen enfermedades que lo hayan ocasionado y posteriormente inicia un estudio bajo un protocolo establecido que inicia con un electrocardiograma en reposo, telerradiografía de tórax y ecocardiograma transtorácico, o bien transesofágico en caso necesario, que determinan en conjunto el sitio afectado y las repercusiones hemodinámicas y morfológicas con lo cual puede establecerse un diagnóstico, pronóstico y tratamiento adecuados.
El tratamiento dependerá del diagnóstico definitivo después de la valoración cardiológico integral.
Una afección valvular severa puede requerir reemplazo quirúrgico y cuidados específicos que consisten en la toma crónica de anticoagulantes, dieta baja en sal y probablemente algunos otros medicamentos. Cuando se trata de un problema congénito de intercomunicación anormal, puede realizarse un cierre quirúrgico del defecto.
Actualmente hay técnicas nuevas y novedosas de cardiología intervencionista para el tratamiento de algunas cardiopatías sin recurrir a la cirugía de corazón abierto, mediante el uso de catéteres y dispositivos especializados de cierre intraventricular o auricular y del conducto arterioso. Otro tipo de tratamiento es dilatación de la válvula mitral por medio de balón a través de cateterismo cardiaco con buenos resultados.
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