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Es la declinación fisiológica de la función ovárica que se lleva a cabo durante alrededor de 10 años (climaterio) al cabo de los cuales se manifiesta principalmente por amenorrea.
La edad es variable pero en general ocurre entre los 44 a 52 años, con promedio de 48 años de edad en nuestro medio.
Durante el climaterio, son muy frecuentes los ciclos anovulatorios en los cuales existen sangrados anormales, fatiga, trastornos del sueño, irritabilidad, depresión, cefalea, disminución de la libido, artritis, bochornos en el 80% de las mujeres, a pesar de que aún se presente la menstruación.
35% de las mujeres seguirán teniendo síntomas, mientras el resto irá disminuyéndolas paulatinamente. Otras manifestaciones serán la tendencia a subir de peso, alterar el patrón de colesterol, aumentar el riesgo de osteopenia y osteoporosis y disminución de la lubricación vaginal con incremento en la incidencia de infecciones urogenitales y molestias durante las relaciones sexuales.
Es conveniente realizar un perfil de función hipotálamo-hipófisis-ovario para corroborar el diagnóstico de menopausia. También es conveniente realizar un estudio completo de remodelación óseo, así como el perfil de lípidos y la determinación de biometría hemática y de glucosa y la respuesta a la carga de azúcar con glicemia posprandial de dos horas. Es conveniente además realizar perfil de función tiroidea.
Existen pautas específicas universalmente aceptadas en el manejo de la menopausia y otras altamente controvertidas.
Cambios en el estilo de vida Ejercicio físico.
En general, se recomienda que la mujer realice ejercicio aeróbico cotidiano del que se prefiere la caminata, natación o bicicleta pero puede ser cualquier otro ejercicio similar procurando evitar el ejercicio extenuante y/o que lesione las articulaciones.
Reestructuración de la dieta.
También son universalmente aceptados los cambios en los hábitos de alimentación que deben de incluir una reestructuración en las proporciones y porciones de los diferentes grupos de alimentos cotidianos. Deben preferirse los carbohidratos complejos acompañados de mayores cantidades de fibra natural que regula los lípidos y favorece el tránsito intestinal, se prefieren las proteínas bajas en grasas saturadas, se limitan las porciones de frutas las que además deben consumirse con bagazo o cáscara, se prefiere disminuir la ingestión de sal ya que favorece la pérdida renal de calcio y la presencia de hipertensión arterial, se incluyen oleaginosas como las nueces y almendras para incrementar la ingestión de calcio y reducir el colesterol, se evitan las grasas saturadas y se fomenta también la ingestión de leguminosas. Así mismo se incrementan los líquidos.
Disminución del estrés.
La consecución de la autoafirmación personal y laboral es característica de esta edad lo cual permite reducir el estrés, sin embargo, la competencia natural de las personas de la misma generación o de generaciones subsecuentes, más jóvenes y pujantes ocasionan sensaciones de intranquilidad e inseguridad que se ven desfavorecidas por los cambios fisiológicos mencionados, por lo que la preparación psicológicamente adecuada por la mujer adulta debe ser constante para poder hacer frente a estos retos naturales.
También deben realizarse acciones tempranas con la pareja y con los hijos u otros familiares o amigos con los que se conviva en forma estrecha y cotidiana, estableciendo límites de acciones, posibilidades de desarrollo, espacios, libertades, preferencias y miras al futuro para aceptar los cambios fisiológicos de la menopausia.
La preparación oportuna del medio de manutención es así mismo indispensable para recibir los cambios de esta edad en forma adecuada.
Medicamentos.
Dentro de los medicamentos se deben señalar aquellos que la mujer desea recibir y los que debe recibir. Dado que el aumento de peso es frecuente, la mujer recibe con beneplácito diferentes compuestos alópatas y homeópatas que le ayuden a bajar de peso, sin embargo, debe tenerse en cuenta que existen medicamentos que aunque disminuyen el apetito pueden causar taquicardia, hipertensión o algunos otros efectos indeseables y que solo deben ofrecerse en casos de obesidad y bajo estricto control médico.
Con respecto a los diferentes compuestos comerciales, debe recordarse que en sus fórmulas no es infrecuente encontrar la presencia de hormonas tiroideas, aminas, anfetaminas y otras sustancias difíciles de controlar.
Terapia de reemplazo hormonal
Es la situación más controvertida en el tratamiento de la menopausia. Se ha discutido el uso de los estrógenos y progestágenos y los riesgos inherentes a estos medicamentos.
Las alternativas de terapia hormonal son:
Las metas para la terapia estrogénica son:
Los riesgos de la terapia estrogénica son:
Los riesgos de la administración de progestina son:
En algunas mujeres se ofrecen andrógenos para mejorar la libido, reducir los bochornos y el riesgo de osteoporosis y pérdida muscular.
Los moduladores selectivos de receptores estrogénicos son una alternativa para prevenir la osteoporosis en pacientes con alguna contraindicación para estrógenos, aunque no tienen buen efecto sobre la capacidad mental, ni la humectación vaginal o los bochornos.
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