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La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) es la principal causa de ceguera legal después de los 60 años de edad.
Es una enfermedad degenerativa y progresiva de las capas profundas de la retina que se presenta principalmente en pacientes mayores de 50 años.
Estos cambios pueden ser manifestaciones del envejecimiento normal de los ojos con matices funcionales mínimos y en ocasiones adquieren francas características de enfermedad con pérdida de la visión central.
El ojo es un aparato receptor que responde a ciertas ondas de la energía radiante (espectro visible). Su sistema óptico enfoca la luz sobre la retina. La luz se convierte en impulsos nerviosos que, por medio de la vía visual viajan hasta los centros cerebrales, dándonos la sensación de ver. Entonces, la visión es pues, el resultado de una compleja coordinación funcional entre el ojo y el cerebro.
La mácula es un área especializada de la retina del tamaño de una O mayúscula. Esta área está llena de unas células especializadas llamadas conos que proveen la visión central. En la periferia de la mácula se encuentran otras células especializadas llamadas bastones que son las responsables de la visión nocturna y la visión periférica.
Típicamente se han distinguido dos variedades de DMRE: la llamada seca y la húmeda. En algunos casos no es posible aplicar dicha clasificación en forma estricta, ya que en varios de ellos sólo se trata de etapas diferentes del mismo padecimiento.
La causa de la DMRE es sin duda multifactorial.
La edad es probablemente el factor de riesgo más importante.
Otros factores de riesgo son :
La DMRE se sospecha cuando la agudeza visual de un ojo previamente sano disminuye, la baja de la agudeza visual puede ser francamente mínima.
Otra manifestación puede ser la presencia de distorsión de objetos o líneas. Es frecuente que el paciente no detecte los síntomas hasta que no se halla afectado el segundo ojo.
El diagnóstico requiere aparte de la exploración por el oftalmólogo, un estudio que consiste en aplicar un medio de contraste en forma intravenosa y segundos después tomar una serie de fotografías con equipo especializado. Este estudio se llama fluroangiografía.
El tratamiento dependerá del tipo de degeneración macular que tenga cada paciente, además de las características individuales de cada persona. Se debe mandar el mejor tipo de lentes, algunas veces se aplica láser y el paciente en casa se debe realizar examen diario con una cartilla llamada Amsler con el fin de avisar a su oftalmólogo inmediatamente cualquier cambio.
Es particularmente importante el adecuado control de la hipertensión, además de evitar el tabaquismo.
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